Esa canción se mueve como tú

Escucha esa canción. 
Se mueve como tú.

Leí que no se viaja 
para ir a ninguna parte, 
ni tan siquiera 
para disfrutar del camino. 
La única y verdadera razón 
por la que uno viaja 
es para huir del lugar en el que está. 

Las sábanas tendidas en el patio interior 
soportan la tercera lluvia. 
Tendré que lavarlas de nuevo 
porque cuando sequen ya no olerán a limpio, 
pienso mientras meo. Vuelvo a meterme en la cama. 
Echo mano del inhalador. El otoño se acerca. 
No tengo ganas de hacer nada. Ni de café. 
Leer, mirar la gotera del techo, escribir 
estupideces en la libreta, terminar alguna 
de las películas que siempre 
dejo a medias, ordenar por orden cronológico 
las fotografías. Sólo quiero que vuelvas 
y te desnudes al borde de la cama, 
que te metas dentro, que me beses despacio 
en los labios, como siempre haces. 
Y quedarnos dormidos. 

El viaje, decía. La huída. 
Para dejar atrás la ciudad construyeron 
un viaducto altísimo que atraviesa el valle 
donde las chimeneas de las fábricas 
ciegan el cielo y la mañana en gris y fuego. 
Miro por el retrovisor y pienso en mi hijo, 
que aún dormía cuando salí de casa. 
Sleep well beast es el título del nuevo disco 
de The National. Suena dentro del coche 
Dark side of the gym. Aunque sea por un momento, 
quiero que sigas enamorada de mí. 
Quiero estar triste como lo está el piano 
en las canciones de The National, dijiste la otra noche 
mientras te vestías. Escucha esa canción.
Se mueve como tú. 

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