Te pediré septiembre
Renunciaré a los días en calma
o haré de ellos un imposible.
Me sentaré a leer un libro
en las estaciones de tren.
Beberé una cerveza tras otra
hasta caer rendido. Echaré de menos,
como hago desde hace meses,
el trayecto firme y templado de tus clavículas.
Venceré a los monstruos, sucios monstruos
que no son otra cosa que los cientos
de errores cometidos. Me postraré ante ti,
aniquilado y humano. Recogeré a puñados
la tierra seca que pisas y la aventaré lo más lejos
que pueda para que el nordeste haga con ella ruido.
Dormiré vestido en tu puerta. Te pediré perdón,
te pediré clemencia. Te pediré septiembre.
Pero, jamás, olvido.
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