Tú me enseñaste palabras que yo no conocía
Tú me enseñaste palabras
que yo no conocía.
El espectáculo sobrecogedor
de la noche llegando desde el mar.
La mirada fija y en silencio
de los hombres que aceptan su destino.
Yo preparo el desayuno para todos
los que aún duermen en la casa.
Siempre soy el primero en levantarme.
Pero antes lleno mi estómago
de café y de palabras.
Es absurdo creer que no me domina
el miedo de que esta vida cambie.
Pero a veces lo creo.
Eso me salva
de la luz y de la noche
que llega desde el mar,
de las palabras desconocidas,
de la tristeza,
de la vida en sordina,
de la ausencia de amor.
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